martes, 22 de junio de 2010

El Campoamor, sin butacas y al andamio



El Campoamor, sin butacas y al andamio

El teatro, despojado de sus 440 asientos de patio para su restauración, inicia la primera fase de sus obras de reforma

Sesenta años después el teatro Campoamor de Oviedo se volvió a quedar ayer sin butacas de patio. Entre el incendio de 1934 y la reinauguración de 1948 la sillería original de 1892 ya fue desmontada y restaurada. Ayer, las 440 localidades principales del coliseo, convenientemente despiezadas en sus respaldos, sillones y brazos de madera y metal, volvieron a salir por la puerta del Campoamor. Sesenta años más tarde el coliseo ovetense inicia así la primera fase de unas obras de reforma que harán sudar tinta a obreros y restauradores. Aunque otros tramos de la obra pueden dilatarse en el tiempo, el patio de butacas tendrá que estar listo para la primera función del espectáculo «¡Viva la zarzuela!», el 23 de julio.

En treinta días los elementos de estas 440 localidades tendrán que haber pasado por un cambio de tapicería, un recrecido del almohadillado (7 centímetros), un recolchado y una puesta a punto de los elementos de madera y metal. Y tendrán que haber sido vueltos a montar y atornillar en el teatro Campoamor, para que luzcan en similar tono Burdeos, más vivo, sin el desgaste arrastrado por todos estos años.

Mientras un camión se llevaba empaquetadas ayer al mediodía las 440 butacas del Campoamor, en el interior del teatro una treintena de obreros, a doble turno en la mayoría de las jornadas, se afanaban en el resto de la reforma.

Los andamios ya han empezado a revestir todo el perímetro del patio y a escalar por los pisos. Vacío en su interior, en el Campoamor ya han empezado las pruebas para dar con el color adecuado que lucirán las paredes. Se trata de escoger un blanco roto, una tonalidad crema, algo más clara que la pintura actual para que refleje mejor la luz pero sin pigmentos que arrojen coloraciones extrañas en la iluminación.

Manos de pintura por las paredes y en el suelo; aprovechando el desalojo absoluto de butacas, empezará de forma inmediata el acuchillado y la restauración de la madera.

Junto a butaca, pintura y suelos, ayer también se desmontaron varias lámparas correspondientes a la zona del salón de té, que serán restauradas en esta primera fase de las obras.

Durante los treinta días en que el teatro se queda sin función la orden es la de avanzar lo más posible el proyecto de reforma. Compaginar los trabajos con la programación, a partir del 23 de julio, ocasionará, no obstante, algún problema menor. Así, también se ha empezado a desmontar los sanitarios de dos de los aseos. La ampliación y reforma del mobiliario obligará, en algún momento, a que el público tenga que desplazarse a los de otros pisos; pero se trata de una minucia si se tiene en cuenta, insisten fuentes municipales, en el trabajo contrarreloj que supondrá restaurar y volver a instalar las 440 butacas del patio del Campoamor para la primera función de la temporada de verano de zarzuela. Otros aspectos de la reforma (cambio de maderas en paredes, trabajos en escaleras, retoques en muros) se dilatarán durante el resto del año, con el teatro ya en funcionamiento.

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