EL CINE FANTASIO DE NAVIA. Fue durante años lugar de encuentro de los enamorados. A sus puertas hacían colas jóvenes y mayores, a los que no les importaba que la película que se pasase no fuese el último estreno. El cine de Navia era un lugar con encanto, con olor a butaca y humedad, pero con carisma. En 2004 cerró sus puertas y desde aquel día todos vieron en él un lugar en donde hacer realidad un sueño. Una construtora terminó por diseñarle el futuro. El Fantasio se convertirá en una discoteca con luces de neón y para todos los públicos, como la mejor película.
Navia Hace cinco años que el cine Fantasio colgó en la puerta el cartel de cerrado. La mítica sala, ubicada en la zona céntrica de Navia y con espectaculares vistas a la ría, se convirtió entonces en uno de los caramelos más apetecibles, tanto para constructores como para la administración local. Cuando los espectadores cesaron de hacer ruido en el gallinero, el Fantasio dejó de ser una sala de cine para convertirse en el mejor escenario donde dar forma a un proyecto. Todos querían hacerse con él. Fue el por aquel entonces alcalde de Navia, Manuel Bedia (PP), quien anunció que sus intenciones eran hacerse con el inmueble para ubicar una sala de servicios múltiples, un equipamiento cultural que llevan años reclamando los naviegos y que finalmente se levantará en El Ribazo. El Ayuntamiento no logró hacerse con la propiedad y el cine terminó en manos de un constructor de El Franco, que vio en la sala de cine el lugar ideal para construir la mayor discoteca de la comarca. Baniela Núñez, la empresa constructora, presentó el proyecto a bombo y platillo (agosto de 2006) y vendió las excelencias de la macrosala de fiestas. Pero esta idea se topó con una traba que paralizó sus intenciones: el plan de fachadas a la ría, una normativa que no permite modificar ni la volumetría ni las fachadas de los edificios que lindan con el Navia. La Consejería de Medio Ambiente presentó una contencioso-administrativo contra el proyecto de la discoteca, pero esta semana el Tribunal Superior de Justicia de Asturias ha fallado a favor de la constructora, que asegura que continúa con los planes de convertir el mítico cine Fantasio en sala de fiestas y que «el proyecto nunca pretendió ni modificar la fachada ni ampliar el edificio, sólo reformar su interior». Aunque el Fantasio se convertirá en discoteca, la crisis también ha afectado y, según explicó el promotor Carlos Baniela, «sólo vamos a hacer dos plantas, hemos tenido que reducir las intenciones porque no corren buenos tiempos para las empresas del sector». Con este proyecto, el cine Fantasio vuelve a tener futuro, después de pasar cinco años a la sombra y a la espera de que alguien diese uso al que fue, sin duda, uno de los lugares más emblemáticos de la villa, donde los domingos los aficionados al séptimo arte hacían largas colas a la orilla de la carretera nacional contando los coches que volvían a Oviedo mientras esperaban a que se les dispensara la entrada. Ahora habrá que esperar a que se inicien las obras, ya que son muchos los que piensan que, en realidad, el constructor nunca tuvo intención de hacer la discoteca y que compró el inmueble para después ofrecérselo al Ayuntamiento. Pero Carlos Baniela defiende su proyecto y asegura que el Fantasio se convertirá en la mayor discoteca del Occidente y que atraerá a cientos de jóvenes y no tan jóvenes a pasar el fin de semana en la comarca. Y es que en el Fantasio tendrán cabida todos, ya que en sus dos plantas se crearán ambientes diferentes. Puede que las luces de los neones recuerden a algunos el paso tranquilo del acomodador cuando se acercaba a mandar callar en el gallinero, donde ahora todos querrán bailar.
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